Estamos a nada y menos de las tan ansiadas vacaciones navideñas y me gustaría escribir un post para hacerte reflexionar, una entrada de esas que lees y recuerdas para siempre, algo que te marque y siempre esté en ti, hasta el final de los tiempos. Pero la realidad es que, aunque lo que quiero escribir sea algo trascendente y profundo, no calará tal y como me gustaría.
Por razón de que Santa Claus llegó a la ciudad, hay mucho contenido en internet, millones de escritores, coach, podcasters y youtubers te van a desear la Navidad y te van a explicar cosas muy chulas para tu crecimiento personal o laboral o, por puro divertimento.
Pero yo quiero hablarte de algo más hondo. Me he quedado este fin de semana con mi abuela y me he instalado en su casa. Volver a ser adolescente otra vez, estar en la habitación con mi maletita para un finde del que disfrutar de mi abuela y su sabiduría.

Con ella he hablado mucho y de muchas cosas y siempre encuentro en ella la charla de una amiga con la sabuduría de una abuela y por qué no, con el Amor de Mi abuela. Sabe de la vida más que nadie, de escarbarla como ella dice, para sobrevivir. Es un reto y un honor tener una conversación con alguien tan especial y carismático.
La Navidad debería ser un aporte de sabiduría para todos. Realmente en muchas navidades desde mis 25 años ha pasado algo chungo y dificil que me ha cambiado para siempre. Cuando creía que las navidades me iban a gustar un poco más, tuve una pérdida personal familiar y digamos, que no remontó mi percepción de la navidad como una época triste muchas veces.
Este año, a nivel personal es agridulce pero más sosegado y estable y, esto, me hace ver la vida más equilibrada, más centrada; en un punto medio, donde está la virtud que dirían los sabios.
Quiero que veas estas fechas como una ocasión de recopilar aprendizajes vitales. Ya no digo lo típico de los propósitos del año, que son una mamarrachada cuando tienes mayores problemas en enero en que pensar, además de que, un propósito es algo que no quieres hacer pero te obligas por salud, condicionamiento social o lo que sea.
Este año valoro mucho a mi familia, más que otros años. Siempre pasaba algo en las navidades anteriores que me hacía salir de mi familia para entrar en mis cosas personales o en las de otro. Pero como que dejaba de lado a los míos porque ya los veía bien. Hasta la navidad pasada.
Solo quiero para ti, en estas fechas que disfrutes de los tuyos y puedas hacer un refresh de lo que has aprendido como persona, como mujer u hombre hasta el punto en el que estás.
Me acuerdo hace años que Jorge Javier Vázquez entrevistaba a una hija de famosa que se declaró en directo a su novia del momento diciendo: “Gracias por ser lo mejor de este año”. Y el presentador se rio y dijo, “qué honesta, no de mi vida, de mi año” . Y la verdad que es así! Hay personas que son lo mejor que te ha pasado en un mes, en un año o en 10 años.
Hay que ser honestos con uno mismo y con los demás. Hay personas que me he reencontrado este año a un nivel más profundo y son de las cosas mejores de este año, o de los últimos años, ¡pero no lo mejor de mi existencia de 34 años!
Haz un balance de lo mejor de tu año, de la navidad pasada a la anterior. En mi caso, ha cambiado mucho mi vida de un año para otro y a veces pienso que me he despertado en la vida de otra persona y me digo: ¿pero donde está lo que tenía con 30?
Mi vida es muy bonita y nunca me aburro ni con lo de fuera, ni con lo que hay en mi mundo interno. Pero si hago un recuento de todas las cosas de este año, como bueno hay una casa nueva, mi gatita Selina, más unión con mi pareja y familia, un entorno social nuevo añadido al que ya había y una persona con la que volver a conectar como amiga a modo sorpresa.
A nivel laboral, un proyecto con el que ya llevo un año y me aporta otro entorno nuevo, mi canal de Youtube que va creciendo, mi programa M.A.R.A en infoproducto, y en curso, el blog que supera las 50.000 visitas, mis clientas con sus buenos resultados y reseñas, acabé un máster, mi nuevo TIK TOK que empieza bien y próximamente más cosas. Además de añadir a mi equipo a un diseñador web y pronto a una experta en negocios digitales.
Personalmente he vuelto a cantar con mi karaoke, tengo mi proyecto de hacer mis poesías canciones, disfruto de las series que me gustan, ir de conciertos, leer novelas de nuevo y el gimnasio. También soy feliz con los triunfos de mi pareja en lo laboral y personal.
Esta navidad es la más tranquila que he tenido nunca pero no es que el contexto sea tan tan zen pues tengo más responsabilidades que hace años; quizás vivo la vida con más calma y serenidad, desde una perspectiva no ya más madura si no, más equilibrada.
No soy tan extrema en nada y disfruto del camino en vez de insistir en lo que no llega o se acaba. Me conozco mucho mejor y se equilibrar mis tiempos, energías y relaciones y esto, mejora notablemente mi salud. La paciencia da resultados inmediatos decía un maestro y así es.
Así que espero que te haya servido mi post, para que la Navidad la veas más allá de ese escenario comercial y la integres en tu crecimiento personal. La navidad no vale mucho sin personas a las que querer y sin paz con la que lidiar lo que venga después. No te deseo ilusión, turrones y regalos, como la mayoría hará, te deseo tranquilidad personal, familiar, amorosa, laboral y social, ¡en esas andamos esta vez!
Por todo ello, ¡feliz Navidad y próspero año nuevo!
Meri
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