Una de las cosas esenciales para todo en la vida es la paciencia. Yo soy muy paciente para algunas cosas y muy poco para otras. En cuanto al amor, hay que saber esperar. Y saber esperar es, paradójicamente, no esperar y sin embargo, esperar que suceda. Cuando no tienes la sensación de que estás esperando el tren pero tienes fe absoluta en que va a llegar, eso es la verdadera paciencia.
Sentarse a esperar es desesperar así que, hay dos cosas que tienes que hacer para encontrar a la persona adecuada, dos elementos que mezclados no agitados te darán el amor soñado: mover ficha y no hacer nada. Y dirás, esta mujer se ha vuelto loca. ¡Cómo voy a hacer y no hacer! Si me apunto a un grupo de singles o a Tinder estoy haciendo y si me quedo en casa a verlas venir no me viene ni el pizzero. Entonces, ¿qué hago?

Es un arte muy sutil el de elegir pareja y aún más lo es el de atraerla. Y atraer a una pareja no es seducirla, pues cuando atraes a esa pareja, no te preocupes que no te harán falta artes de seducción de manual ni cosas rebuscadas, vendrá a ti como un imán, simplemente por una energía que vas a irradiar que se traduce en saber esperar pero tener actitud proactiva.
No está reñido que sepas actuar con que sepas esperar. Hay que actuar en el momento justo y esperar en el momento que no toca movimiento. ¿Cuándo sé que me toca retirarme a descansar? Cuando sufro, cuando desespero, cuando estoy en una relación tóxica o salgo de ella.
¿Cuándo sé que he de hacer algo al respecto? Cuando estoy dedicada a mí, cuando tengo las áreas de mi vida llenas, cuando dejo de tener miedo, cuando tengo ganas de verdad, cuando me siento adulta, cuando estoy en paz.
En mi caso, una vez pasé años trabajando en mí misma y mis proyectos es cuando decidí conscientemente que quería compartir mi vida. Y compartirla no es tener un novio o una novia. Eso ya sabía lo que era y no me había satisfecho.
Cuando decidí que la etapa de reposo estaba completada es cuando apareció la persona adecuada con la que formar una pareja sana. Moví ficha desde la consciencia, desde la paz interior, no desde las simples ganas.
Me acuerdo un día que pensé: Tengo tanto amor para dar que se me va de las manos. Yo me sentía llena de amor, no falta del mismo. Cuando estás en disposición de dar y no de recibir es cuando es el momento.
Saber darte tu tiempo es esencial. Muchas personas creen que si esperan están perdiendo juventud. Muchas clientas me dicen que es tiempo perdido respecto a vivencias en pareja o sexualidad y creen que ya no sentirán nada porque empiezan a no creer en el amor y a tener falta de libido. Y simplemente es que están mejor con ellas mismas ¡y sin desespero!
Creo que es una inversión saber esperar y no una pérdida. Cuando decidí estar sola pensé que estar intercalando parejas tóxicas o amores mediocres de los que hacer duelos consecutivos era más improductivo que no darme años dedicada a mis quehaceres, progresar, descubrir mi propósito, cuidarme, resolver temas y estar por los míos.
Y por cierto, estar sola no es estar sin pareja estable de años; estar sola es estar sin nadie en el punto de mira, sin duelos, sin rollos de ida y vuelta, sin estar con un casado o dándome oportunidades “a tiempo parcial” con mi ex. Sola es sola. Aunque es verdad que si transitas uno de estos caminos será un potente y necesario aprendizaje que te hará volver al punto de partida.
Cuando uno apuesta por “la soledad” apuesta por la compañía, la de verdad, la tuya, la que hace que al completarte tú, atraigas a otro ser completo. Siempre una/o acaba apostando por “la soledad” bien entendida. Nos gusta salir de nosotras/os mismas pero necesitaremos entrar en nosotras/os para empezar a vivir y no ser un vampiro del amor ajeno.
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Muy buen comentario. Gracias