La semana pasada hablaba con una amiga sobre este tema, si era necesario quedar y hablar con un ex o una persona importante de tu vida a fin de aclarar las cosas. Ella decía que le hubiera hecho falta con algún ex o alguna amiga quedar para obtener respuestas, saber qué pasó, y poder hablar las cosas tranquilamente.
La realidad es que es muy difícil que la otra persona se preste a hablar temas incómodos de forma abierta, sensible y responsable de su parte, así que le dije que, para poder pasar página no hacía falta quedar pero, era útil para uno mismo.
Es cierto que hablar o al menos, decir tú lo que necesitas (o una mínima parte que socialmente esté admitida) es tranquilizador, te evita tener una úlcera de estómago, vamos. Y eso es bien, que decía uno.

Si quedas con una persona para hablar y esa persona nunca te ha buscado a ti para hacerlo, seguramente te vas a ir con las manos vacías en lo emocional y tendrás que llevarte un superglú para pegar un corazón.
Para el ego está bien saber alguna respuesta pero para el alma no hace falta: ni saber de boca de la otra persona lo que el corazón ya sabe, ni le hace falta para perdonar cuando el amor mismo lo hace o lo hará. Si te molestas en citar a alguien es que has querido de verdad.
Si quieres quedar, queda. Mi madre siempre me ha dicho que está bien quedar con una persona para que puedas decir lo que sientes pero te arriesgas a un chasco y en cuanto a esa parte, tiene razón.
Como le dije a mi amiga, a mí nunca me ha salido bien (en el mundo de las formas) esto de quedar para hablar. Si todos fuéramos personas abiertas emocionalmente, que expusiéramos nuestra responsabilidad individual, con capacidad de perdonar, sin orgullos absurdos, sin egocentrismos ni egos y generosos del todo, entonces quizás sí.
Pero como la realidad es que no es así. Normalmente, el hablar supone una descarga para ti emocional que te aliviará y te permitirá cerrar ciclo en cuanto a que tu cabeza hará un click para empezar el duelo. Y eso es importantísimo, te servirá para empezar a superarlo a nivel emocional.
Pero no creo que eso funcione a efectos terrenales: no sirve normalmente para solucionar nada o hacer las paces, ni mucho menos para que las aguas vuelvan a su cauce. Las conversaciones no pueden encauzar un río que se bifurca por naturaleza humana. No puedes evitar lo inevitable, solo con palabras.
Quiero decir con esta poesía que me he sacado de la manga que, si dos personas no conectan en un momento de la vida o, una o ambas no están en situación de ver su responsabilidad o simplemente dejar su orgullo a un lado, es imposible, aunque hagas más gracias que Krasty el payaso. Así que si estás pensando en conversar con un ex, una vez tires el guante, si no lo recogen, retírate dignamente.
Para poder perdonar o para poder superar una situación o persona lo que sí es necesario es que agradezcas lo bueno vivido y más aún lo malo y saques jugo de ese aprendizaje. Para perdonar y trascender has de ver tu responsabilidad ahí y entiendas desde dónde se ha movido esa persona, verás que, generalmente, desde el miedo y desde su herida interna.
No puedes forzar una conversación y menos cómo va a ir. Lo que has de tener claro es que quieres hablar por y para ti, sin esperar nada, como si esa persona fuera un canal hacia ti mismo, porque lo es. Pero no busques nada, no esperes solucionar externamente nada. En el mundo de las formas parecerá no haber cambiado a bien nada. Internamente y a otro nivel espiritual, tu gesto ayudará a que cada persona implicada haga una introspección y un crecimiento.
Si quieres quedar queda, adelante, pero la limpieza emocional la harás contigo. Si necesitas algo a donde anclarte un rato, un lugar conocido a donde ir para expresar lo que socialmente se te deje decir y meter entre medio emociones que te desbordan con disimulo, perfecto, no seré yo quién te diga que no quedes para poder empezar el duelo.
Pero sabrás que seguramente no obtendrás lo que buscas ese día. Y te llevaras un desengaño justo y necesario. ¿Por qué? porque ya saldría de esa persona querer hablar, si lo estás forzando estás sacando a esa persona de donde no quería salir.
Así que le dije a mi amiga de 25 años: “Dos veces en mi vida he quedado para exponer mis sentimientos y he dicho “te quiero”, en ninguna de las dos veces he recibido un feedback amoroso y no ha reconducido nada pero, me ha servido para empezar los duelos.” Para cerrar un duelo no necesitas respuestas pero para empezarlo sí necesitarás hacer(te) preguntas.
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