Una vez he captado tu atención, te diré que quien dice Tinder dice Meetic, Edarling y de más, apps/webs para ligar o encontrar pareja.
Imagino que en esta época de confinamiento en que el aburrimiento apremia y no tenemos ambiente social que nos amenice un poco las tardes, unas personas (no siempre solteras) se instalan o reinstalan estas apps.
Varios casos de amistades conozco que en estas semanas que llevamos de reclusión, se han metido en Tinder (otra vez), porque ” una siempre vuelve al ruedo”, que me decía una compañera de universidad en mis tiempos mozos.
No es que ya no sea una mocita, es que, mi cabeza sabe un poco más de lo que sabía en ese momento con 20 años (a Dios gracias).
Pues bien, hay otras mozas y otros mozalbetes que se están apuntando a estas apps con tanta prisa como la estampida de miuras del Rey León corriendo por el desfiladero.
Y claro, hay que decir que, cuando la necesidad apremia, dejamos para mejores ocasiones esto tan tonto de filtrar.

En mi época de confinamiento universitario conocí estas webs (no había apps en ese momento) y creo que son una muy buena escuela. Si te vas a suscribir a ello, ten en cuenta algunas premisas:
Mis valores por encima de todo, qué es lo que quiero y que no quiero, cómo estoy y de qué recursos emocionales dispongo si me llevo chascos. Así como quien no quiere la cosa te he dado claves del misterio de la vida Tinder.
Y qué quiere decir todo eso, pues que, como en todas las áreas de la vida, hay que tener claras cuatro cosas. Tengo que saber y para ello he de hacer un trabajo de autoconocimiento brutal, cuáles son mis valores, aquello por lo que mi vida se rige. Es cierto que hay valores que cambian de orden pero sí que deberían mantenerse intactos cuando ya eres adulto. Mis valores han ido moviéndose del ranking dependiendo de mis vivencias y situación vital.
¿Qué es lo que no quiero? Lo que viví y me hizo daño. Punto y pelota, que dicen los amigos madrileños. ¿Qué es lo que quiero? Todos lo sabemos. Es aquello que todos sabemos y soñamos pero no nos atrevemos a pedir por miedo a no merecerlo o creerlo posible.
Ahora bien, lo que quiero no es lo que buenamente necesito. Si necesito experimentar vivencias, superar traumas y tener vida social por un tubo, no necesito pareja. Por tanto, si crees que tu etapa vital no es la de asentarte en lo afectivo, no exijas a tus citas de internet el oro y el moro. Lo que vaya surgiendo. No es tu momento en ese aspecto. Sí quizás en otros.
Hay que saber “a ciencia fija” como dice mi abuela, cuál es mi etapa evolutiva, mi etapa vital y situación personal y de toda índole. Y dirás, jolín Meri tía, para meterse en Tinder ni que hiciera falta un máster. Pues casi. Un máster de ti mismo/a.
Luego vamos a por el otro embrollo, ¿cómo estoy? Ahora va cuando la matan. ¿Estoy bien emocionalmente? Ya no digamos de salud. Incluso laboralmente. Si estás buscando tu sitio en lo laboral, en paro o estudiando sin sentirte preparado para la vida, ¿qué pareja buscas? Te estás situando. A todo no se llega.
Sé que hay personas que no todo lo tienen encarrilado y encuentran pareja “estable”. Bueno, quizás esos aspectos que no tienen aún alineados no les permiten tener una pareja equilibrada o bien, en su necesidad experiencial de vida está el tener todo, aunque desordenado, para petar en un punto y renacer de cero sin nada de lo anterior.
El caso es que es necesario respetar los procesos de la vida y tu propio proceso personal.
Luego, de qué recursos dispongo para afrontarlo si “me sale mal”. Las apps no son un camino de rosas y te van a ocurrir experiencias dignas de Bridget Jones así que, mejor que estés en tus cabales, centradita, con cierta buena autoestima y fuerte psicológicamente si tu punto débil es la parte afectiva. Vas a dar tumbos. Ponte el cinturón que vienen curvas…una vez salgas del confinamiento, ¡claro! Si no has de salir ni a por tu ex, ¡por el crush de turno tampoco hagas “boludeces”!
Entonces, partiendo de todas esas cuestiones, hay algo que decir. Las apps son buenas para todos: si estás mal contigo, te lo hará ver tu cita nueva con comentarios desafortunados; si estás en duelo, tu próxima pareja te lo reflejará y no estarás nunca satisfecho; si no quieres tener pareja y buscas, te rechazarán al inicio o cuando más ilusión tengas, si quieres un rollo por miedo al compromiso, te saldrán mujeres con hijos u hombres con muchos miedos de intimidad; si quieres experimentar, tendrás experimentos; si quieres olvidar, tendrás quién te recuerde más de lo mismo; si quieres pareja para “colocarte” solo darás con personas casadas, si buscas un padre para tus hijos pero tienes miedo darás con gañanes de modales exquisitos… Y así hasta que veas que las apps son un espejo.
Son un fiel reflejo de lo que somos, o diría mejor, de cómo estamos y en qué punto nos encontramos. La brújulas te piden ver dónde estás antes de marcar rumbo, pues la vida igual.
Usa las apps de ligoteo como brújula, ellas te llevarán hacia donde te toca transitar. Son muy buenas guías, hacen de termómetro mejor que cualquier test de personalidad. Úsalas de forma correcta y fluida y ellas te llevarán hacia donde debas estar. Eso sí, el tiempo que te quede libre dedícalo a ti.
¡Ánimo con el confinamiento!
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