La primera vez que escuché esta frase me quedé a cuadros: “hacer pareja”. Lejos quedaba la manida frase “tener novio”. Para mí fue una revelación, una simple frase dicha en el salón de una casa. Cuando se dice “tener novio” lo que está significando esa frase es mucho más de lo que aparentemente parece y ese día me di cuenta.

No es lo mismo decir que tienes algo a que formas algo con alguien. Tener implica carencia, quiere decir que “o tienes o no tienes”, es decir que, o eres del club de las que poseen una persona o un status o de las que no. Tener se parece más al hecho de cazar un pokemon que de construir algo con alguien. Y sin embargo es vox populi decir “tener novio”. Te da la sensación de que eres abundante o carente en función de que tienes algo, es decir a parte estás cosificando a esa persona. Es un objeto que tienes como si fuera un cromo, por ende él también tiene un cromo, así que te estás diciendo a ti misma de forma velada que eres una cosa que tiene otra cosa.
A parte, tener novio implica suerte, quiere decir que el novio te viene del cielo, te aparece la persona como un ángel porque sin saber por qué te ha tocado la lotería. Tú no has hecho nada y él tampoco más que aparecer en tu vida en un momento en que justamente estabas necesitada de su presencia divina.
Por tanto, la frase “tener novio” implica dos cosas: que es una posesión y que es cuestión de suerte.
Sin embargo, hacer pareja quiere decir algo totalmente opuesto. Significa que estás construyendo de forma mutua una relación, no tienes nada ni él tiene nada, simplemente sois dos personas que generan un vínculo. Ya no eres carente, ni te falta ni te sobra si tienes o no tienes novio. Es cuestión de generar una relación con el tiempo. Además, ya no hay el factor de suerte divina, no ha venido San Pedro a tocarte con una varita sino que ha sido una circunstancia en la que se ha ido creando voluntariamente y a modo consciente una relación de pareja entre dos personas libres.
Hacer pareja implica un gesto activo, no es una situación pasiva en la que yo estoy hibernando en este estado de soltería angustiosa llena de soledad y sin sentido hasta que venga el príncipe azul, sino que una persona de carne y hueso, en el momento en que yo estoy preparada para recibirle, aparece y juntos hacemos que este proyecto salga adelante.
Para la tranquilidad de aquellas personas que esperan como quien espera el autobús decir que, en todo caso, esperen a una persona adecuada, emocionalmente accesible, con la que sea fluido y que te atraiga para, si es mutuo, crear de forma activa una relación. Pero que no esperen un novio, eso no llega solo, no se crea una pareja de la nada, igual que tu mejor amiga no fue mejor amiga en la primera cena o café, sino que pasaron meses hasta considerarla amiga simplemente. No era cuestión de suerte que apareciera una chica afín a ti, sino que una persona afín a ti se cruzó en tu vida para mostrarte algo y juntas habéis creado una amistad duradera a base de gestos, presencia, confidencias, apoyo, facilidad y cosas en común.
Por eso considero que desterrar por siempre la frase “tener novio” es más útil que tirar la tarjeta de crédito. Tira a la basura ese concepto que luego te pasará factura y permite que te encuentre, sin buscar, una persona complementaria a ti con la que sea todo fácil como para que de la atracción pase al vínculo, pero no busques un novio para tener algo como si de una posesión se tratara, porque si lo dejas de tener, ¿qué tendrás?
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